jueves, 8 de enero de 2015

El silencio del lápiz


Ayer supe la noticia del asesinato en París de doce personas. 

Fueron tiroteadas en la sede de la revista francesa Charlie Hebdo, de la que nada sabía.

Supe que la mayoría de los fallecidos eran periodistas, algunos ilustres dibujantes, y dos policías desafortunados que acudieron a defenderles. Supe también que la publicación estaba amenazada por sus dibujos humorísticos de Mahoma, y por  sus comentarios críticos contestando al extremismo religioso.

Supe también que esta publicación irritaba desde sus orígenes en 1960, a cristianos, judíos y musulmanes; a gobiernos democráticos y a los autoritarios; a gentes de acá, y de allá. Pero también que las opiniones que vertían en sus páginas las compartían y celebraban los defensores de la libre expresión en todo el mundo.

Durante toda la tarde busqué información y me decía, sin mucha convicción, que debería dibujar algo en desagravio de este acto terrible. Pero también me repetía que para qué, que me dejara de líos, que algunas de las portadas que había visto de esa revista yo no las habría hecho,pues la actitud desalmada de unos pocos no puede generalizarse, y me repetía para anular mi intención, que quién les mandaría jugar con pólvora...

Y me acosté. Pero hoy a las cinco de la mañana ya estaba despierto, mirando el doméstico y plácido techo de mi habitación, pero oyendo en mí voces foráneas y nada cómodas que me instaban a levantarme. Y me levanté, y entré en mi estudio donde las cartulinas blancas palidecían, y donde durante toda la noche los lápices de mi cubilete habían guardado cobarde silencio. Y me senté en la mesa, y tomé uno de esos resignados lápices, lo partí en dos, y apenas oí el quejido de la madera y de su mina de grafito al romperse, el modesto utensilio comenzó a contarme sus opiniones sobre el papel...



Y hoy veo cómo miles de lápices hablan con sus dibujos en los periódicos de todo el mundo,y he comprendido que de haber dejado en silencio al mío, esa minoría que mata, y los que piensan como ellos, también me hubieran tiroteado a mí, y a ti que esto lees, y a cualquiera de los que se asoma a una páginas a charlar con la creación de un autor.

Creo en la libertad de expresión, y respeto las creencias de los demás, pero sobre todo creo que el respeto a la vida humana debe ser el valor fundamental de la convivencia.

Con esta ilustración quiero homenajear a las personas asesinadas, y a las heridas en sus cuerpos o en sus sentimientos y pensamientos ayer, en un acto de terror en París. Estos periodistas, columnistas e ilustradores han muerto por difundir su opinión, y los empleados de la revista y los dos policías abatidos, por ganarse su pan con su oficio. 

Pienso que cuando al expresarse se hace mal, o cuando se yerra en el uso de este derecho, o cuando creemos que una opinión ha pisado la nuestra, deben ser las leyes mancomunadas de  la humanidad las que lo remedien, y no las balas de unos pocos, ni de nadie. 

Que el terror nunca sea la manifestación de ninguna opinión. Que hablen en fructífero debate las letras, la palabra,las imágenes, los sonidos, los lápices...


Ángel de Arriba Sánchez
El Dibujador del Tormes.

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4 comentarios:

  1. Estimado desconocido mío, he leído tus palabras y me han gustado, yo soy mas bruta a la hora de declarar mis pensamientos sobre este tema, no comulgo con la violencia y por ello denunció que los actos de terrorismo son inaceptables, mas aun cuando la violencia se hace a inocentes y encima sin posibilidad de defenderse. También denunció y no comulgo con "dibujantes" de esa índole, no soy católica, ni musulmana, ni judía, no defiendo a semejantes dibujantes de whiskerias

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  2. Que con sus dibujos de "tetas cultos y pitos" solo pueden gustar a mentes descompuestas por exceso de libertinaje que no es lo mismo que libertad, cuando el respeto desaparece entra la vulgaridad y la depravación. No se a quien se le puede ocurrir que tirando de las orejas a un animal rabioso te deje sin un mordisco.

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  3. Estimada Pilar, gracias por tu opinión. Me ha gustado por su sinceridad, contundencia y acierto, sobre todo el símil de tirar de las orejas a un animal rabioso...¡ muy expresivo ! Comparto tu idea de que para hacer humor crítico no es necesario ser ofensivo. Como he dicho, muchas de sus viñetas contra las religiones (lo hicieron contra todas) yo no las habría firmado, pues contagiar los hechos de unos pocos a todos los creyentes y a sus valores, no lo creo acertado, pero esta publicación ponía en su cabecera, debajo del título, su ideario: "Revista irreverente", así que...Como dijo Viktor Frankl, autor se sobrevivió a los campos nazis y padre de la Logoterapia, enfrente de la estatua de La Libertad de Nueva York, habría que edificar una gemela llamada de La Responsabilidad...Pero los ofendidos por las viñetas de Charlie Hebdo tienen a su alcance, y en esto veo que coincidimos, medios civilizados para pedir justicia, y nunca el terror. Un placer charlar contigo, Pilar, buen día.

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