jueves, 25 de septiembre de 2014

Las cenizas del miércoles

Fotografía: pasarela sobre la carretera de Béjar en Salamanca. 
Miércoles,


día de paso, la rampa más inclinada hacia las alegres llanuras del sábado.

En estos días todo trae el empeño de mostrarse prosáico, las cosas no muestran más que su parca utilidad, nosotros vamos como demediados entre lo que somos y lo que anhelamos ser y andan las horas como pidiendo un repintado.


Hay días, yo no sé, que tienen larga vocación de ceniza y resignación de cenicienta.

Pero lo bello no claudica nunca, y se asoma en cuanto puede por los resquicios del instante, y nos mira, y juguetea inquieto como un amimalillo olvidado, o  como un perdido zapato de cristal para nuestro pie.

Ángel de Arriba Sánchez

El Escribidor del Tormes.

martes, 23 de septiembre de 2014

40 mil veces más


Estudiante en el Puente Romano de Salamanca. 22 de septiembre de 2014.


                                                         Te recuerdo como eras en el último otoño.
                                                         Eras la boina gris y el corazón en calma.
                                                         En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo.
                                                         Y las hojas caían en el agua de tu alma.

                                                                                                                                                                                    
                                                                                                                                                                                    20 Poemas de amor y una canción desesperada
                                                                                                                      Pablo Neruda


Ya las dos universidades de Salamanca ( la Ponti y la Civil, que decimos) han realizado sus académicos actos de inauguración del curso, y nos han llegado los cuarenta mil estudiantes de este año, distintos, pero con el mismo latir que hace 800 años.

Y estos nuevos tunantes ya entretienen su alegría. 

El sábado pasado , serían las ocho, iba yo a la biblioteca, y una cuadrilla de chicos y chicas en número impar (Ah, la eterna rifa de última hora), deambulaban por el centro manteniendo la débil llama que les quedaba de tan movida velada.

Los estudiantes, ya se sabe, hacen por el gran aula de la ciudad sus propios actos inaugurales.

Y hacen bien, pues lo mundano también tiene sus cátedras.

Un joven de aquel instante en el que nos cruzamos decía a su comparsa: "Pero qué habláis... Que yo no tengo resaca, que estoy de depresión PostParty" .

Y sonreí, y me dieron ganas de bajarme de nuevo de aquel coche de línea en el que llegué con el pelo de la dehesa a estudiar Bachilleraro, e intentar un año más, de otras 40.000 maneras distintas, recuperar una juventud que huela a libros nuevos, a parda hoja de cuaderno, a hondos debates de café, largas sesiones de cineclub, a poesía en el pecho y al despertar de la chica con la que te agració la noche.

Ángel de Arriba Sánchez
El Escribidor del Tormes.

domingo, 21 de septiembre de 2014

Haciendo "poying"

Con Heliodoro Sánchez Grego, Salamanca, septiembre de 2014.

Aquí nos tenéis haciendo "Poying" en una de las principales calles turísticas de Salamanca

Estoy con Heliodoro, paisano serrano, de 95 años y de Las Casas del Conde. Le contaba que había estado no hace mucho bicicleteando por nuestra Sierra de Francia, y que había pasado por su pueblo camino de Mogarraz y de La Alberca. 


Él me hablaba de que va para dos años que no se acerca por allá; que se va sintiendo delicado y que ya no se atreve con lo empinado de las calles serranas. Que ya no va ni a las fiestas, me decía, pero que por ello no enjuga lágrimas, pero que sí le duele no poder ir a los entierros, pues bueno es despedirse de los que compartieron el inicio, y los trechos de la vida. 



Y eso,el no dar el adiós como se debe, me repetía, sí que se le hacía cuesta arriba.

Y en estas estábamos, cuando les parecimos simpáticos allí sentados, a la puerta de una entidad bancaria,a unos turistas de Sevilla -casi nada- y venga luego el zapateado del plis plas de las fotos. 

Sale el tema, y les digo que llamo "poying" al sabio y ancestral  ejercicio de sentarse en los poyos de granito de las fachadas de las casas de los pueblos, a desenlatar primero la lengua, y luego a ver pasar a la gente con su afanes, en silencio envasador.

Es, apunto, como decía el maestro Machado por su Juan de Mairena: observar los "eventos consuetudinarios que acontecen el la rúa", (Qué palabrita). Lo que pasa en la calle, quiere decirse, como nos dice naturalmente el muchacho del escrito de don Antonio, ese gran andaluz que sintió como nadie las cosas de  Castilla.

Y cómo celebraban los andaluces nuestras recias palabras castellanas, nos miraban extrañados, y les hacía gracia nuestras gracias de acento tan escuadrado, como si no acabaran de comprender que el salero (lo salaíno que llamamos los serranos) lo esparció Dios por el mundo como arroz en las bodas.

Y ahora me ha llegado por los aires, su foto del amable rato que pasamos. Qué majos los de la bella y sin par Andalucía.

Y nada más, amigo lector, encantado de haberme sentado en este poyo virtual  contigo, ya sabes, a ver qué se traen las horas.


Publicado en el periódico digirtal
Salamanca Rtv al Día,
domingo 12 de julio de 2015.


Ángel de Arriba Sánchez
El Escribidor del Tormes.

Y aún oigo las campanas

Fotografía de Paula Gómez Calama,
La Alberca, Salamanca, 14 de septiembre de 2014



Se llama Paula y tiene 88 años.

Pues anda hijo -me decía- que no eran amigos ni nada mi padre Pedro y tu abuelo "Juan y Medio". Mi padre era guarda, ¿sabes? , y se iban a cazar en cuanto podían. Y claro, salió una foto muy repartida por el pueblo; de allá por los años cuarenta, la de una montería de un grupo de cazadores y entre ellos el pintor Ismael Blat.


Ay hijo - me volvía a decir-yo no sé para qué vivir, con lo que tengo trabajado, por los pinares, poniendo plantones, y por aquí y por allá.

Sonaban las campanas, y yo que si no iba a Misa. ¿Y para qué, hijo, y para qué? Así que seguimos con el replique de nuestra palabras.

Que estaba soltera, y que cada día le costaba más engañar a la vida para que siguiera su peonada. Y que allí, en aquella buena casa que sacia la hambruna vegetal en su fachada, vive su sobrino que la atiende y le trae la comida.

Y sonaban las campanas.

Y yo me buscaba en mis adentros un pose del Unamumo o alguien así para decirle, para templar su frío ánimo de domingo. Ay, hijo, que tú no sabes lo que me tengo trabajado, y lo fatigado que he dejado a cada uno de mis días.

Batiendo su parla seguía la mujer, el sol repartía por las calles su eucaristía diaria de luz y sombra, el acero de las campanas se lo bebían las nubes, y yo empeñado en disparar con los perdigones de mi infancia a la nostalgia. 

Era una hora calma en un lugar hecho de piedras, barro, maderas, claros y oscuros serranos por cientos de generaciones sufridas como Paula. Un lugar donde nací; un aire donde quieren renacer siempre mis ancestros.

Enmudeció el metal, y había un gran convite de nupcias en la vida.

En el regreso me despedían por las montañas los pinos que ya van muy crecidos, y aquí, y ahora, entre el blanco del texto, oigo aún las campanas.


Ángel de Arriba Sánchez
El escribidor del Tormes.


In Memoriam 
Ayer domingo falleció Paula en La Alberca. Admira leer los testimonios de cariño hacia su entrañable persona, y comprobar los buenos recuerdos que deja en sus vecinos, y en cuantos la conocieron.
Adios Paula, yo apenas te conocí en unos minutos que generaron este texto. Gracias por tus faenas y por tus días, que encuentres tu merecido descanso. 
Hoy oigo triste las campanas...
17 de noviembre de 2014.

Grupo de albercanos de cacería, circa 1950.
Según me dicen, de derecha a izquierda, según se mira: Faustino Larato (de pie y el más alto),
 Luciano "Lagañas", Tirso,Emiliano Torres, sobre el burro Ismael Blat
valenciano y gran pintor costumbrista, José María "Juan y medio" mi abuelo,
y sentado en el centro "Carina".