viernes, 28 de agosto de 2015

Tempo de oro y sueño

El río Tormes, en su viaje por Salamanca, Castilla y León, España. 26 de agosto de 2015.


Donde el tiempo sueña su oro.

Como llega el viernes; día de pirotécnicos anhelos, de alas en el calendario laboral, del beso de tornillo de la nómina mensual, cuando a las agujas de los relojes les da en la oficina por ir en piragua.

Día de maletas inquietas en las que los mapas hacen manitas con el GPS.

Día de las caras de velocidad en el río de la semana remada con esfuerzo,navegado cada minuto, acuérdate, con el esfuerzo de la sal.

Y cuando todos nos queremos viajar. 

Que es tiempo de muda, nadie ignora, de echar la piel laboral en la cesta de la colada, y perderse por donde sea.

Pero yo me quedo en mi pueblo grande, en Salamanca, ciudad que con su movimiento callado de siglos, hace, con su gran batea de la arenisca, del 
tiempo: Tempo de oro y sueño.

Visita Salamanca, amigo,como lo hacen miles de maravillados viajeros cada día.

Bienvenidos, amigos virtuales y de virtud, porque, como cada viernes, te mereces algo así. 

Ángel de Arriba Sánchez
El Escribidor del Tormes


El río de Tormes a su paso por Salamanca...

sábado, 22 de agosto de 2015

Vuelve el sudor...

Fotografía: 17 de gosto de 2015, refeljo en un charquito resistente del riego mnicipal, en la Plaza Mayor de Salamanca.
Vuelve el calor.

Regresamos a la ciudad de allende nuestros paraísos vacacionales, de los espaciosos días de asueto en nuestros pueblos, de roer con avaricia las horas que nos trajo el verano.

Pero ya estamos aquí, en las estancas horas de la oficina, en la mazmorra, otra vez, del calendario.

Y agradecidos...

Vuelve el calor del uniforme laboral, sí, y ese que anda por la casa sorbiendo el agua de la fregona olvidada en un rincón, y el que abreva como caballo en estampida en las macetas urbanas, y el que retuerce la bayeta del fregadero, porque, qué pereza, ya lo haré mañana.

Hoy, la manguera del riego madrugador y ciudadano, se ha olvidado un charquito en la Plaza Mayor, y ahí va el aire palteresco con su gran lengua de vaca, al alivio de la hora, al refriego de la piedra centenaria.

Y con él, nuestros ojos al reflejo, recordando acaso los espejismos acuosos de todo aquello que conjuramos al marcharnos, y que, una vez más, se nos está bebiendo la fiebre del día a día.

Pero la "Mariseca" señorea en el alto pináculo del cielo de Salamanca, prometiendo , de nuevo, los brotes verdes de la fiesta; un sueño más, un charquito de alivio en nuestro ánimo.


Pero hasta entonces: de nuevo el sudor, el que nos trae el pan.

Publicado en el periódico digital
Salamanca rtv Al Día.

Ángel de Arriba Sánchez
El Escribidor del Tormes


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viernes, 14 de agosto de 2015

La Magia en tu interior

Amanece en La Alberca, Sierra de Francia, Salamanca,Castilla León, España..., y en mi nostalgia.
Derechos de Ángel de Arriba Sánchez.

Os invito a visita la Sierra de Francia,en Salamanca, Castilla y León, España..., porque cada rincón te sacará la magia que hay en tu interior.

No es porque yo naciera aquí, pero, la Alberca, es un espacio singular donde los haya, un hueco telúrico en todo sentimiento, un cráter de emociones, que te despertará sensaciones que ni tú sabías que podías tener.

Hoy, 14 de agosto, empiezan su fiestas,y luego el 15, el Diagosto, y el 16, y entonces, se acrecienta el embrujo del agua, del aire, de las sombras en concejo por las calles serranas, de la noche, y de eso que tú siempre anhelas bajo las estrellas, como yo..., y cómo todos los que no pueden estar, ay, en cuerpo, como estamos con el alma vagabundo por estas calles.

Felices días serranos, amigos virtuales y de virtud.

Ángel de Arriba Sánchez
El Escribidor del Tormes

martes, 11 de agosto de 2015

Cuéntamelo otra vez...

Sequeros, Sierra de Francia, Salamanca, Castilla y León, España...Mi nostalgia.


Ay mi Sequeros,cuéntamelo otra vez...

Cuántas veces correteé por estas calles,donde la piedra se sabe viejos romances y la cal sirve de espejo a los buenos vientos.

Cuántas veces subí liviano la cuesta de mi calle, la del Teatro, la misma que León Felipe me dejó pintada para siempre del azul de la hoja. Y las veces que ante el mostrador del ultramarinos de Gil, hombre bueno donde los busques, le decía del arroz, del bacalao,de la lista de la madre, de unas adidas que nunca llegaron... Y que lo apunte; dice mi madre. Gil sacaba entonces su grueso cuaderno de provisión, buscaba nuestra página, me miraba con sus ojos de gran atún de ultramar, y me dejaba sisar unos polvorones, unas chucherías, y demás golosinas para engañar la rapacidaz de mi edad.

Ahora voy alguna veces, y ando por estas calles como un aire perdido que busca arbolada para hacerse sentir, como una hora con el aliento de la niebla de marzo,como un ocioso y solitario marranito de san Antón.

Ahora me vengo a las desandadas, y les pido a las calles que me devuelvan los pasos que por aquí eché; los que me llevaban al locutorio telefónico para sorber en los manguitos de la máquina, la voz, una vez más, de aquella que se fue con el verano prófugo al Mondragón serrano de sus padres.

Que me los devuelvan, ay, que me los restituyan en los cansados ánimos, que me quiero desandar la vida, que me quiero empezar otra vez.

Quiero volver al Barrero esférico de fútbol, y a La Cabezuela a ensoñar sobre la hierba el amor bajo las lentejuelas de la noche titilada. Y a la madrugadora parada del coche de línea, y a las veces que pedí que se rompiera el autocar para no salir de ti.

Háblame, oh, tierra de la nostalgia, de aquel chaval que ensoñaba por aquí simples hazañas vitales, y al que su madre le dio del nudo de su pañuelo un billete azul Zuloaga para que hiciera el Bachillerato nocturno en Salamanca, y ya no pudo volver.

Mi memoria es azul, y largas las calles del recuerdo donde las horas tienden sus sombras como orgullosos paños del Corpus.

Por favor, Sequeros hermoso, déjame escuchar una vez más aquel cuento que me decías en la infancia. Sí, hombre...,acuérdate: el de la persona que iba a ser en el futuro del reloj de la iglesia, y, que, ya ves,aún no sabido encontrar.

Ángel de Arriba Sánchez,
El Escribidor del Tormes.