Fotografía: por tierras de Arapiles, Salamanca, España. |
Mi estrella de Navidad.
Hecha de muchas, pequeñas, delgadas cosas del día a día, que confluyen en un centro de insobornable optimismo.
A pesar de las cuestas, del granizo de la realidad que lija mis ánimos, de los fríos que me lanzan sus puñales, de los pinchazos que me inmovilizan; a pesar de las distancias que se abren en mis entrañas, de las agujetas de los esfuerzos perdidos.
Me vuelvo a subir a ella cuando me caigo, y como sobre la esperanza, me lleva hacia adelante.
Mi estrella es diurna , va en una aire ancho, bajo un sol que tiene mucho de divino, y sólo avanza con el hacer humano.
A mi estrella le gusta la tierra, las peñas, los bosques , los caminos,los ríos confidentes, y el humo risueño que sale de las casas en los pueblos.
Mi estrella, ya se ve, es muy poca cosa, pero a mi me basta para sentirme siempre en ella como en Navidad.
Ángel de Arriba Sánchez
El Escribidor del Tormes
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