jueves, 24 de abril de 2014

Los perfiles de la ciudad

Fotografía de febrero de 2014.


Me ocurre con las ciudades que habito lo mismo que con el rostro de la mujer que amo.


Y lo que sucede es que le busco y le rebusco sus perfiles.

Me gusta cuando se levanta con niebla, con la telarañas del sueño aún en los ojos, cuando observo su cuerpo bajo la ducha de lluvia de las nubes, cuando la miro en los espejos de la mañana mientras se pinta de sol sus ojos del centro y de los arrabales.

Me gusta cuando saca de la noche a sus barrios, y los lleva a la periferia como quien lleva los niños al colegio, cuando se afana en su trabajo de rúas, calles y monumentos.

Me gusta cuando regresa en el oro polvoriento de la tarde a casa, un poco descolorida , cansada, necesitada de mimos. 

Me gusta cuando me mira con sus hogueras  del atardecer, cuando se me entrega luego entre las sábanas de la noche.


Ahora habito en Salamanca, y a una ciudad así es fácil amarle los perfiles, incluso cuando se muestra como en esta foto, un poco seria, como procesional, como si vistiera peineta o llevara ya el capirote de nazarena.


Y lo dejo ya, que se me van las palabras como se me van los besos hacia la boca que quiero.

El Escribidor del Tormes.

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