Amanece en Miranda de Azán, Salamanca. Sábado 26 de septiembre de 2015. |
En el septiembre postrero todo busca su remanso.
Suave llega la luz, graciosa se nos queda, como una niña que anda por las casa en patucos de lana, y durante toda la jornada anda por las cosas rebuscándoles su afán de miel.
Así me lo ha parecido - qué vicio de escribidor- esta madrugada, cuando bicicletando ya por rutas charras, he visto cómo se despertaban las alargadas sombras de todo lo alzado sobre la tierra.
Y más te contaría, pero es tierno el día, y el reloj nos muestra aún las horas como caramelos por desenvolver, y no es tiempo de quedarse aquí echando letrillas, ni de leer a ningún pesado como yo.
Así que al mundo, amigo virtual y de virtud, y que disfrutes del sol de golosina que ya nos trae el paso lento del otoño.
Ángel de Arriba Sánchez
El Escribidor del Tormés